domingo, 7 de noviembre de 2010

Aquellos hombres de piel naranja



Piel Naranja era el nombre de una novela muy celebrada en la Argentina de los setenta.
Protagonizada por Marilina Ross, Raúl Rossi y el guaraní Arnaldo André, planteaba un guión osado para la época: un triángulo amoroso fatal que dio mucho que hablar en aquellos tiempos.
Tanto como la canción que se popularizara con aquel envío. Quereme que tengo frío se llamaba la composición de María Celina Parrondo, verdadero nombre de Marilina Ross, que nada tiene que ver con Jaime Ross, al decir de Diego Capusotto.
Este corolario sirve para contar que una década después hubo quienes plantearon una cuestión de privilegio en esto de los amores. Y entre gritos de goles albiverdes, albirrojos y negros y amarillos, unos muchachos de piel naranja también ejercieron su derecho a gritar los suyos en este inmenso barrio que es el Este mendocino.

Y LA NARANJA SALIO CAMPEÓN
El domingo pasado el pueblo rivadaviense tuvo uno de sus momentos de mayor gloria deportiva.
Como los de aquellos equipos desbordantes de fútbol y nombres léase: Héctor Pitarch, Antonio y Robindo Payero, El Chancha González, Enzo y Rolando Storani, Ariel Boldrini, Luis Pallero, Jorge Pereyra, David Giusfredi, José Méndez Souza, Luis Farina, Santiago Maryllack, el Pato Lezcano, el Pelado Berrocal, Aldo Tieppo e Iván Sáez.
Y con el recordado Hugo Norberto Coria, la joya más preciada de ese Naranja que en los ochenta se metió varias veces en definiciones y estuvo ahí de cosechar su primer título.
Los goles del Pampero lo llevaron por Atlético San Martín, Gimnasia y Esgrima, Independiente Rivadavia y luego al fútbol de Costa Rica.
El eslabón perdido de aquella impronta rivadaviense lo recogieron estos nuevos hombres de piel naranja, como los de entonces. La nueva generación –dígase el Huevo Castro, Zafarana y Falcone, entre otros– encontró su lugar en el mundo en el Centro Deportivo Rivadavia.
Aquellos naranjos se hicieron bosque florido. Para proseguir una dulce historia que arrancó con un equipo que hizo una gran campaña en el torneo del interior a comienzos de año y sumó su primera estrella en la Liga Mendocina a fines de este 2010. (fotos gentileza David Giusfredi)

LA NOCHE DEL PAMPERO
La pauta de lo competitivo que era el fútbol mendocino 25 atrás, lo daba que la selección que enfrentó a argentina el 28 de febrero de 1985, estaba conformada por jugadores de la mayoría de los clubes de la Liga. Entre ellos, el Pampero Coria. Además Reggi y Alberto Rodríguez (Argentino), Murcia, Álvarez, Scatolaro y Fóppoli (Maipú), Ciriaco Zapata (Godoy Cruz), Carlos Rodríguez, Carlos Rojas, Raúl Zolorza y Oscar Quintana (Gimnasia), Juan Carlos Cabrera (Independiente), Domingo Arce (San Martín); Nicolás Matricardi (Palmira). Aquella selección mendocina mereció ganarle a la de Bilardo.
El partido pergeñado para ayudar a los damnificados del sismo del 26 de enero en Mendoza resultó muy atractivo. Los menducos encararon el pleito con una actitud profesional que sorprendió a los displicentes hombres de Bilardo. El sanjuanino Rodríguez y el Pampero Coria armaron un jugadón que culminó en un gol de taco del primero. Si bien después los albicelestes dieron vuelta el marcador (solo una anécdota) quedó la impresión de que Mendoza fue mucho más. Posteriormente Oscar Ruggeri y Ricardo Gareca, jugadores de esa Selección nacional, les reprocharon a Pichón Rodríguez y Carlos Rojas, a quienes conocían de las inferiores de Boca, que se hubieran tomado en serio ese compromiso. "Che, para qué metieron tanto si nosotros solo vinimos a ayudarlos", dijo el Cabezón Ruggeri, según contó años después Alberto Horacio Rodríguez.

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