viernes, 15 de octubre de 2010

Sperdutti ves Sperdutti: el día que Carlos derrotó a su hermano Omar


Calentones, verborrágicos, frontales e intempestivos. Bien gringos, si cabe la expresión.
Podría escribirse un libro con los cientos de anécdotas que cuentan en su haber los hermanos Sperdutti desde que su apellido está vinculado al fútbol. Es inevitable que al nombrarlos se los vincule con la historia reciente del Deportivo Maipú. Claro, Carlos César Sperdutti es el entrenador del club casi desde el mismo momento que Omar Higinio es el presidente. Ambos desde hace varios años transitan juntos la vida institucional y deportiva del club Cruzado y han contribuido al resurgimiento futbolístico del club mendocino que los llevó desde la Liga hasta el Torneo Argentino A.

Pero mucho antes de que ello ocurriera, hay una curiosa historia para rememorar. Tiene que ver con Carlos y Omar estuvieron enfrentados en un campo de juego.

Para ello remontémosnos al 28 de noviembre de 1993. Se disputaba el torneo de Primera B mendocina y Carlos César Sperdutti dirigía al Cruzado y Omar Higinio era el presidente y técnico de Santa Unión, del distrito maipucino de Lunlunta, un club que tuvo un paso efímero y luego se extinguió. Un gustazo que Omar se daba.

Los de Omar recibían en su cancha a los de Carlos y ambos equipos tenían 21 unidades y estaban un punto de Gutiérrez y Palmira, los líderes del certamen. La derrota de alguno de los dos virtualmente significaría comenzar a despedirse del título a tan solo tres fechas del final.
Pues bien, aquel día Carlos César Sperdutti le ganó a su hermano Omar Higinio. O a sus hermanos, porque Luis, el menor, jugaba para Santa Unión. Deportivo Maipú se impuso por 2 a 1.
Fue una tarde bien sperduttiana. El árbitro Daniel Páez expulsó a cinco jugadores de Santa Unión (entre ellos a Luis Sperdutti) que de esa forma quedó en inferioridad numérica y el partido fue suspendido. Omar, quien en el entretiempo había increpado duramente al árbitro, volvió a cargar sobre el colegiado cuando ya el partido se había interrumpido.

“Vos sos de Palmira y como el próximo domingo jugamos con ellos, nos echás tantos jugadores”, le dijo el DT –según consigna el Diario Uno en su crónica de aquel partido– al cuestionado juez Páez.

“Santa Unión, tocado en su orgullo, reaccionó pero no con fútbol. Sus armas para contrarrestar a Maipú fueron desleales. Infracciones por doquier y fricciones permanentes en todos los puntos de la cancha obligaron al árbitro a tomar las medidas del caso”, remarca la crónica de Uno.
Lo cierto es que Maipú sacó a Santa Unión de la lucha por el título. Sin cinco de sus titulares, cayó en sus dos partidos restantes (entre ellos con Palmira) y Maipú, al cabo de tres fechas fue el campeón y retornaba a Primera A.

Años después la historia los juntaría para el mismo lado: el Deportivo Maipú. Pero aquel partido entre Carlos y César, o entre el Cruzado y Santa Unión, fue un hito histórico en aquel pueblo de Bodegas.

miércoles, 6 de octubre de 2010

Cuando Michael Jackson jugaba para Huracán Las Heras


“¡Qué igualito que sos a Michael Jackson!”

Aquel delantero veloz y habilidoso del Huracán Las Heras ochentoso, llamado Ricardo Raúl Lucero ya estaba curado de espanto con la comparación.
De alguna manera se había acostumbrado a las cargadas por aquella analogía con el recientemente fallecido rey del pop quien hacía furor en esos años con el disco Thriller.
En la cancha hasta los mismísimos hinchas del Globito se hacían eco de la comparación. “Bien Maiquel”, le gritaban los por entonces Pumas del Norte, cuando por la derecha el Richi metía freno y gambeta ante férreos marcadores de época llamados Cuta Morán, Oso Pereyra, Agustín Emilio Lucero, Miguel Ángel Pascualetto, el Diablo Millán o el Repollo García.
No solo eso. En los boliches, no faltaba quien quisiera hacerse el gracioso y organizara una rueda para que Richi parodiara al por entonces morocho Michael Jackson, con el característico pasito.
Ricardo Raúl Lucero, era un producto genuino de Huracán Las Heras.
Debutó de muy joven en un equipo que peleó varios años el título de la Liga Mendocina hasta que pegó el grito por primera vez en 1984. Eran tiempos en que los certámenes locales desbordaban de jerarquía y Huracán era un gran protagonista.
Su buena performance hizo que Gimnasia lo convocara a jugar el Torneo Nacional de 1984, donde jugó siete partidos en un equipo en el que brillaban Juan Gilberto Funes y el sanjuanino Carlos Rodríguez.
En 1985, disputó su segundo Nacional, esta vez junto a Huracán, donde jugó siete encuentros. Conformó el ataque junto a Mario Miliki Moyano y Oscar Pinino Más.
En el famoso partido en Río Cuarto en que el Globito fue eliminado por penales con San Lorenzo, fue expulsado por pelearse con Jorge Higuain, padre del atacante del Real Madrid.
Luego de un fugaz paso por Cicles Club Lavalle, Ricardo Lucero se retiró en su querido Globito a comienzo de los noventa. Hoy está alejado del fútbol, pero para los memoriosos queda el recuerdo de sus gambetas y de cuando era el Michael Jackson del fútbol local.